Organizaciones civiles como Salud Justa Mx y El Poder del Consumidor celebraron la aprobación como “un triunfo para la salud pública”, aunque lamentaron que no se incluyera un impuesto al alcohol y pidieron que el gravamen a bebidas azucaradas se alinee con la recomendación internacional del 20%. La oposición criticó duramente la iniciativa.

El senador Luis Donaldo Colosio advirtió que el impuesto a los videojuegos podría “frenar el desarrollo de una industria” que genera miles de millones de dólares anuales en México. Otros senadores de oposición calificaron el paquete fiscal como “terrorismo fiscal” que podría ahuyentar inversiones.