La presidenta Claudia Sheinbaum expresó el desacuerdo de su administración con estas intervenciones y demandó que se respete la soberanía nacional. El incidente ocurrió el martes 28 de octubre en el Océano Pacífico, en coordenadas correspondientes a la latitud de México, aunque en aguas internacionales. Sheinbaum confirmó que, a raíz del ataque, instruyó al canciller Juan Ramón de la Fuente para que se reuniera con el embajador de EE. UU., Ron Johnson, y le planteara la necesidad de mejorar los mecanismos de actuación conjunta.
El protocolo existente, que según la mandataria “ha dado buenos resultados”, estipula que si Estados Unidos detecta una embarcación sospechosa, se coordina con la Secretaría de Marina (Semar) para que esta intervenga. “Ese es el modelo que ha funcionado y que queremos mantener”, puntualizó Sheinbaum.
La preocupación del gobierno mexicano radica en que estas operaciones no violen la zona económica exclusiva y en la protección de posibles ciudadanos mexicanos a bordo, “más allá de que sea o no presunto delincuente”.
El gobierno mexicano también busca una reunión con el Comando Sur de Estados Unidos para dar seguimiento al tema.
La Semar, por su parte, realizó un operativo de búsqueda y rescate de un sobreviviente a petición de la Guardia Costera de EE. UU., acción que la presidenta calificó como un “asunto humanitario” y de derecho internacional.












