Dentro de sus más de 100 acciones, se incluye el fortalecimiento de la Guardia Nacional, la creación de un polo de desarrollo agroindustrial en Uruapan anunciado por el secretario de Economía Marcelo Ebrard, y una inversión de 37,450 millones de pesos en programas de bienestar para 2026.

La presidenta Sheinbaum se comprometió a dar seguimiento quincenal a los avances. La estrategia ha recibido el respaldo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) y de los partidos aliados al gobierno. Sin embargo, la oposición ha manifestado un profundo escepticismo.

El senador del PAN, Ricardo Anaya, argumentó que “el envío de 10 mil soldados puede ayudar temporalmente, pero no es una solución de fondo” y que el plan carece de recursos adicionales, calificándolo como una “simulación contable”. De manera similar, el coordinador de los diputados del PAN, Elías Lixa, afirmó que “no puede haber Plan Michoacán sin dinero para ejecutar”, ya que los fondos anunciados corresponden a programas ya presupuestados. Este nuevo plan se suma a estrategias fallidas de sexenios anteriores, como el “Operativo Conjunto Michoacán” de Felipe Calderón y el “Plan Michoacán” de Enrique Peña Nieto, lo que alimenta las dudas sobre su posible efectividad en una entidad dominada por la violencia y la extorsión.