Tanto la presidenta Claudia Sheinbaum como el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, han descartado categóricamente cualquier intervención militar estadounidense en México para combatir a los grupos criminales. Ambos gobiernos han reafirmado su compromiso con una estrategia de cooperación bilateral basada en el respeto a la soberanía. En el contexto de la creciente violencia y tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la presidenta Sheinbaum afirmó de manera contundente: “Cualquier intervención de Estados Unidos queda descartada”. Sostuvo que existe un “entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos para los temas de seguridad, en donde se garantiza la soberanía, la integralidad de nuestro territorio y la colaboración y la cooperación sin subordinación”. La mandataria también criticó a quienes en México solicitan una incursión extranjera, calificando su postura como “muy poco patriota y más bien de intervencionismo”.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, confirmó esta postura al declarar que, si bien Washington está dispuesto a ofrecer ayuda, no tomará acciones unilaterales. “No vamos a tomar medidas unilaterales ni enviar fuerzas estadounidenses a México, pero podemos ayudarlos con equipo, capacitación, intercambio de inteligencia y todo tipo de ayuda que podamos ofrecerles si la solicitan.
Tienen que pedirla”, precisó Rubio.
Estas declaraciones, realizadas en el marco de la cumbre del G7, buscan disipar las especulaciones sobre una posible intervención militar, reafirmando que la coordinación bilateral se centrará en el intercambio de información, tecnología y acciones conjuntas, sin que ello implique operaciones de fuerzas extranjeras en territorio nacional.