Dalilah Polanco revela su pasado en la secta NXIVM
La actriz Dalilah Polanco generó conmoción dentro de "La Casa de los Famosos México 2025" al confesar su participación en la controvertida secta NXIVM. Esta revelación, realizada en una conversación casual con su compañero Shiky, se viralizó rápidamente, desatando un intenso debate público sobre el alcance de la organización en el mundo del espectáculo mexicano. Durante la charla, Polanco mencionó directamente su pertenencia a NXIVM, una organización fundada por Keith Raniere en Estados Unidos que operaba bajo la fachada de un programa de superación personal. Los artículos detallan que NXIVM atrajo a celebridades y empresarios, incluido un grupo en México, pero en realidad funcionaba como una red de manipulación psicológica, explotación económica y abuso sexual. La confesión de la actriz trajo a la memoria pública el escándalo que culminó con la condena de Raniere a 120 años de prisión en 2019 por delitos como tráfico sexual y delincuencia organizada. La revelación de Polanco sacudió la dinámica del reality, introduciendo un tema de gran seriedad y controversia que hasta ese momento no se había tocado. La reacción del público fue de sorpresa y curiosidad, con muchos expresando en redes sociales el deseo de conocer más detalles sobre su experiencia. El momento dividió opiniones, entre quienes aplaudieron su valentía por hablar de un tema tan delicado y quienes cuestionaron la idoneidad de un programa de entretenimiento para una confesión de tal magnitud.


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karla MéndezAGUASCALIENTES.— Detrás del sueño alcanzado de Fátima Bosch, actual Miss Universe, hubo un gran equipo de trabajo, entre ellos Genaro Palos, maestro de pasarela, originario de Aguascalientes. Me hablaron tres semanas antes de irse a Tailandia porque necesitaban un nuevo maestro de pasarela. Creo que el tema de pasarela era algo que tenía que trabajar mucho Fátima, porque en Miss Universe México fue muy criticada en ese tema y necesitaban esa evolución. Por eso me contactaron y me fui dos semanas a la Ciudad de México”, dijo Genaro Palos, maestro de pasarela. Genaro, de 26 años, lleva nueve años preparando reinas de belleza en pasarela desde locales, regionales y algunas internacionales, proyección y manejo de telas en el escenario. La primera vez que vi un Miss Universe fue en 2010; aparte ganó una mexicana, Ximena Navarrete, y cuando vi esa pasarela y esa tela volando —que fue algo que quería Fátima, por eso usó esa capa— dije: ‘guau, ¿qué es esto?’. Me encantó y de ahí empecé a buscar a las misses, siempre el Miss Universe, y compré unos tacones a los 15 años. Yo doy clase de pasarela en tacones como a los 15 años y de ahí empecé a hacer pasarela y dije: ‘esto es mío’”. Pero jamás había tenido la oportunidad de preparar a quien se convertiría en la mujer más bella del universo, con la que incluso ensayó el momento del triunfo. Para mí, sentir la energía de ese momento... siento que atraes justo el momento. Con todas las niñas que preparo siempre me encanta practicar ese momento donde va a ganar, pero en su caso fue un momento especial porque traía la segunda opción del vestido para la final. Porque estaban el director, su mamá, el diseñador, cámaras, los de imagen, y grabar ese momento de cuando iba a ganar fue mágico. Y aparte quedó en la misma posición, entonces fue mágico. Yo lo subí unos minutos antes y fue eso: me gusta que ensayen también qué se sentiría ganar”. El coach nunca dudó que Fátima haría su sueño realidad y que, junto con ella, él haría realidad los suyos. Cuando vi a Fátima y platiqué el primer día con ella, y se abrió a disfrutar la pasarela —que era esta parte que le faltaba— mandé un mensaje en la noche y dije: ‘Fátima va a ganar el Miss Universe’. Uno lo ve, es como un aura de reina; tenía toda el aura de reina. Y creo que Miss Universe está buscando eso: que sea muy bella físicamente, pero que también tenga una voz y tenga esta intención muy clara del porqué quieres ser Miss Universe, y ella lo tenía”. Aunque no pudo acompañarla a Tailandia, desde Aguascalientes celebró su triunfo. Hoy en la mañana (ayer) le mandé un mensaje de ‘gracias por hacerme parte de tu sueño y cumplir el mío’, porque era un sueño para mí preparar a una Miss Universe. El año pasado estuve apoyando a Miss Universe Bolivia; también fue magnífico, pero estar de la mano de la chica de tu país es lo máximo”, concluyó. Aquí podrás acceder a noticias en tiempo real Conoce lo más viral en Facebook Trending Lee a los columnistas de Excélsior Opinión clm Contenidos Relacionados: Fátima Bosch, una reina en ascenso¿No era para Fátima Bosch? Jurado de Miss Universo 2025 pone en duda su victoriaSheinbaum felicita a Fátima Bosch tras ganar Miss Universe 2025; "es un ejemplo"

El término define la conexión de los fans con los famosos y sirve para plantear dónde está el límite entre la admiración y la obsesión

México obtuvo su cuarta corona en Miss Universo con Fátima Bosch, una joven tabasqueña de 25 años que demostró inteligencia y talento durante el certamen. Sin embargo, su triunfo ha sido manchado por jurados que renunciaron, acusaciones de fraude, videos de públicos decepcionados y teorías conspirativas que involucran negocios entre el dueño del certamen y el padre de la ganadora. Pero, cuando se trata de México, todo parece posible. Corrupción, intrigas, arreglos bajo la mesa, conflictos de interés. No es paranoia, es experiencia histórica acumulada. Por eso, las declaraciones de dos jueces no cayeron en saco roto. Natalie Glebova, Miss Universo 2005 y jueza de la final, recordó que cuando ella compitió había un auditor que subía al escenario con los resultados sellados de una firma contable y expresó su deseo de que esa práctica regresara. Por su parte, Omar Harfouch, uno de los jueces que renunció 72 horas antes de la final, fue demoledor: “Miss México es una falsa ganadora” y aseguró que el presidente del certamen, Raúl Rocha, “tiene negocios con el padre de Fátima Bosch”. Ante esto, la reacción de muchos no fue de indignación sino de un resignado “bueno, aquí vamos otra vez”. El problema no es que Bosch haya ganado. El conflicto es que su triunfo llegó presidido, acompañado y seguido de tanto drama que ese triunfo empieza a sentirse más como una carga que como un premio. Desde su coronación como Miss Universo México, donde 27 de las 31 participantes abandonaron el escenario inmediatamente después del anuncio, dejándola celebrando prácticamente sola, hasta el escándalo en Tailandia –donde Nawat Itsaragrisil la llamó tonta lo que provocó una valiente reacción de parte de la tabasqueña–, la historia ha estado llena de escándalos. A pesar de todo ello, la organización de Miss Universo demostró tener menos instinto de supervivencia mediática que el senador Adán Augusto López y, aunque venían todas las quejas y sospechas, la respuesta institucional fue un “todo está bien, confíen en nosotros”. La organización debió haber convocado inmediatamente a una auditoría externa y transparente, y permitido que una firma contable certificara el proceso. No por Bosch, sino por el certamen mismo, porque cuando el humo de la sospecha se disipa, lo que queda es un título empañado que nadie puede disfrutar completamente. En México, además, el triunfo de Bosch provocó el fenómeno más predecible de la cultura contemporánea mexicana, la polarización instantánea y absoluta, lo cual fue exacerbado porque la familia de la ahora Miss Universo es morenista activamente beneficiada desde el sexenio pasado. Por ello, apenas se anunció el triunfo y el país se dividió en dos bandos irreconciliables. Por un lado, los defensores que ven cualquier cuestionamiento como un ataque antipatriótico; por el otro, los detractores que consideran que todo fue un montaje. No hay término medio ni matices. Ese patrón, herencia directa del sexenio de López Obrador, y que se sigue acentuando con el gobierno de Claudia Sheinbaum, genera la división binaria, la imposibilidad del diálogo. Mañana los mexicanos estarán debatiendo con la misma intensidad si la leche entera es superior a la deslactosada o si las quesadillas deben llevar queso por definición, porque parece que en México lo que no genera controversia simplemente no existe. Fátima Bosch merece que su triunfo se investigue para legitimarlo de una vez. Si hubo irregularidades hay que corregirlas; si no las hubo, hay que demostrarlo o, de lo contrario, el costo de ganar se vuelve tan alto que el triunfo se siente vacío. Columnista: Vianey EsquincaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

Su hermana, la doctora Phylicia Henry-Samuels, viajó a Tailandia y confirmó que la evolución de la modelo no es tan favorable como esperaban.

