Este enfrentamiento ha redefinido las dinámicas internas y expuesto las vulnerabilidades de los participantes.

El conflicto se desató cuando Dalílah Polanco expresó sentirse maltratada y marginada por los integrantes del “Cuarto Noche”, acusando a Ayala de manipulación y calificándose a sí misma como un “lobo solitario” dentro del juego.

La tensión escaló cuando Alexis Ayala respondió, defendiendo sus acciones como parte de la competencia antes de revelar una faceta profundamente personal y vulnerable. El actor confesó haber llegado al programa “muy devaluado” tras enfrentar una quiebra económica, a pesar de haber sido uno de los actores más importantes de su empresa.

La revelación más impactante fue sobre su salud mental: “¿Sabes que intenté quitarme la vida, Dalilah?

Dios no quiso, no pude”.

Esta declaración transformó la discusión de una estrategia de juego a un crudo testimonio personal, dejando en silencio a los demás nominados y llevando a las lágrimas a su compañera Elaine Haro. El suceso generó un intenso debate en redes sociales, donde una parte de la audiencia expresó empatía por la vulnerabilidad del actor, mientras que otra lo acusó de utilizar su historia personal como una táctica de manipulación para victimizarse. Este momento crucial difuminó las líneas entre el entretenimiento y la realidad, exponiendo el costo emocional del encierro y la presión mediática.