En el primer intento, una voz masculina no identificada contestó el teléfono, lo que llevó al conductor a colgar abruptamente. Cuando finalmente logró comunicarse con su prometida, la percepción de una parte de la audiencia fue que ella se mostró “fría” y “distante”, lo que avivó las especulaciones en redes sociales.

El episodio se viralizó, con usuarios creando teorías sobre un posible engaño.

Ante la magnitud del escándalo, Delia García emitió una aclaración pública a través de sus redes, afirmando no tener idea de quién era el hombre que contestó y explicando que la producción ya la había alertado sobre la llamada. Atribuyó su aparente falta de efusividad a los nervios del momento y a las estrictas reglas de la producción, que le prohibían compartir información del exterior.

Facundo, tras su salida, también defendió a su pareja, explicando que todo se debió a que marcó un número equivocado.

El incidente subraya cómo el formato del reality show puede magnificar malentendidos y generar narrativas externas que impactan directamente la vida personal de los concursantes y sus familias.