“Te voy a ser sincero también, no puedo ahondar.
Ahora que hablas de mi esposa, pues estoy pasando situaciones en las que no sé cuál es mi futuro, no puedo hablar de más, pero me movió”, declaró el creador de contenido. Atribuyó esta difícil situación a los “riesgos” que tomó al “obsesionarse” con su trabajo y con la imagen pública que proyectó en el programa, marcada por polémicas y enfrentamientos, especialmente con la actriz Gala Montes, que le valieron acusaciones de misoginia. La confesión cobra mayor relevancia dado que Marcelo ha destacado en el pasado el papel fundamental de su esposa en su éxito, describiéndola como el “complemento perfecto”. La noticia fue amplificada en redes sociales, donde los seguidores notaron que la pareja había dejado de seguirse mutuamente, alimentando especulaciones sobre un posible divorcio. Este caso ilustra el profundo impacto que la exposición y la presión de un reality show pueden tener en la vida privada de los participantes, trascendiendo el entretenimiento para afectar sus relaciones más íntimas.