Este incidente subraya la intensidad con la que la audiencia vive el reality, llevando las interacciones del programa a un plano personal y peligroso en el mundo real. La controversia se originó por una broma, cuyo contenido específico no se detalla en los artículos, que Facundo le hizo a de Nigris mientras ambos estaban en la casa. Tras su eliminación, el conductor se encontró con una reacción desmedida por parte de algunos seguidores del programa, quienes llevaron su descontento al extremo de amenazar su integridad y la de su familia.

Facundo respondió con dureza a estas intimidaciones, declarando que "hay gente que tiene la mente podrida".

Este suceso ha abierto un debate sobre los límites del entretenimiento en los formatos de telerrealidad y las graves repercusiones que las acciones dentro del juego pueden tener fuera de él. El incidente demuestra cómo el fanatismo puede escalar a niveles preocupantes, afectando la seguridad de los participantes una vez que abandonan el aislamiento del programa.