Durante la conversación, Abelito fue contundente al expresar su frustración: “A mí lo que más me encabrona es que me carguen o que me pongan el brazo aquí como si fuera yo un soporte… me super caga”.
Explicó que esta situación le ocurre con frecuencia en lugares públicos como antros, donde desconocidos se toman la libertad de levantarlo para tomarse una foto. El influencer diferenció claramente estas acciones de las muestras de afecto de sus amigos cercanos, como su excompañero del reality, Aldo de Nigris.
“Acá cuando yo salía nominado y regresaba, Aldo me cargaba y es otra cosa, dices: ‘es muy diferente’”, señaló, indicando que en esos casos existe un consenso y un vínculo de confianza.
Curiosamente, también mencionó que hizo una excepción con la cantante Belinda, a quien permitió que lo cargara durante un encuentro.
Las declaraciones de Abelito han sido interpretadas en diversos medios no solo como una anécdota de su vida post-reality, sino como una lección importante sobre la dignidad, el consentimiento y el trato respetuoso que merecen todas las personas, independientemente de su condición física.













