La filtración de un video íntimo protagonizado por el cantante colombiano Beéle y la influencer venezolana Isabella Ladera ha desatado un escándalo mediático. La difusión no consentida del material ha generado una crisis de relaciones públicas para ambos, marcada por acusaciones de traición, violencia digital y la amenaza de acciones legales. Isabella Ladera fue la primera en reaccionar públicamente, expresando sentirse “profundamente devastada” y calificando el acto como “una de las traiciones más crueles” que ha vivido. En un comunicado, Ladera señaló directamente a Beéle, afirmando que el video solo estaba en posesión de ellos dos y acusándolo de exponerla “de la forma más baja”. Sus abogados informaron que están analizando proceder legalmente, enmarcando el hecho como una “violación grave a los derechos fundamentales” y una forma de violencia contra las mujeres.
Por su parte, el equipo legal de Beéle emitió un comunicado negando categóricamente su participación en la difusión del material. “Negamos de manera categórica que Brandon de Jesús López Orozco haya participado en la obtención o difusión de dicho material”, afirmaron, añadiendo que ya han iniciado acciones legales para encontrar a los responsables. La controversia se ve agravada por antecedentes de conflicto, ya que la exesposa de Beéle, Camila Rodríguez, lo había acusado previamente de serle infiel con Ladera. Además, Valentino Lázaro, amigo de Rodríguez, presentó supuestos audios en un podcast donde Ladera expresaba su deseo de “destruir” a Beéle, añadiendo otra capa de complejidad al debate sobre quién es el responsable de la filtración.
En resumenEl escándalo por la filtración del video íntimo ha colocado a Beéle e Isabella Ladera en una encrucijada legal y mediática. Mientras Ladera denuncia una traición y violencia digital, el equipo de Beéle niega toda responsabilidad, dejando un rastro de acusaciones cruzadas y un debate abierto sobre la privacidad en la era digital.