“Te voy a ser sincero también, no puedo ahondar.
Ahora que hablas de mi esposa, pues estoy pasando situaciones en las que no sé cuál es mi futuro, no puedo hablar de más, pero me movió”, reveló el comediante.
Vinculó directamente esta crisis personal con la presión que experimentó en el programa y su “obsesión” por mantener su personaje público irreverente, lo que, según él, tuvo graves repercusiones en su vida familiar. “Fueron los riesgos que yo tomé al obsesionarme con mi trabajo y obsesionarme tanto con satisfacer la imagen que se tenía de mí... entonces me salió mal este proyecto”, explicó. La confesión llega después de semanas de especulación por parte de sus seguidores, quienes notaron que él y su esposa habían dejado de seguirse mutuamente en Instagram, un gesto que en la era digital a menudo se interpreta como una señal de distanciamiento. Aunque no confirmó una separación formal, sus palabras exponen el alto costo personal que puede tener la fama y la exposición constante en la telerrealidad.