Desde su llegada, Trump no ocultó su admiración por la princesa de Gales, a quien al estrecharle la mano calificó de “¡hermosa, tan hermosa!”.
Sin embargo, el momento más comentado ocurrió durante su discurso en el banquete de Estado.
Tras elogiar al rey Carlos III y al pueblo británico, Trump se refirió a la princesa Kate como “tan radiante, tan saludable y tan hermosa”. La controversia se intensificó cuando, al final de su discurso, mientras mencionaba a la reina, su mirada se dirigió nuevamente hacia Kate en lugar de a la reina Camilla, quien se encontraba presente. El gesto fue ampliamente interpretado como un desaire hacia la reina consorte. A pesar de la tensión generada, la Casa Real no ha emitido ningún pronunciamiento oficial sobre el incidente. Por su parte, la princesa Kate Middleton respondió a los elogios con una sonrisa amable, manteniendo la compostura diplomática. La situación fue ampliamente cubierta por los medios, que analizaron tanto el lenguaje verbal como no verbal de los implicados, destacando la frialdad con la que el príncipe William pareció tratar a Trump durante la bienvenida.