Le dije: ‘¿Sabes qué?

No hay problema.

Échale ganas y Dios te bendiga’”, aseguró Rivera.

Esta narrativa le permite controlar el relato y generar empatía.

Además, abordó el tema del polémico tatuaje con el rostro de Belinda, explicando que decidió cubrirlo después de que su hijo, quien se había encariñado con la cantante, lo rayara con enojo al enterarse de la separación. Rivera insiste en que su versión es la verdad y que no necesita pruebas, afirmando que tanto la familia como el equipo de Belinda estaban al tanto de su relación, un punto que la cantante nunca ha confirmado públicamente.