Años después de su mediático romance, Lupillo Rivera ha roto el silencio sobre su relación con Belinda, utilizando el lanzamiento de su libro autobiográfico “Tragos amargos” como plataforma para revelar su versión sobre el noviazgo y la abrupta ruptura. Sus declaraciones han reavivado el interés público en una de las parejas más comentadas de la farándula mexicana. La estrategia de comunicación de Rivera se centra en posicionarse como la parte agraviada en la separación. En diversas entrevistas y extractos de su libro, describe el noviazgo como “muy bonito” y comparte detalles íntimos, como que la pareja planeaba tener gemelas. El punto culminante de sus revelaciones es la causa de la ruptura, que atribuye a una supuesta infidelidad por parte de Belinda. Según su relato, dio por terminada la relación de forma inmediata tras ver una fotografía de ella tomada de la mano con otro hombre en un aeropuerto. “Para mí se terminó inmediatamente, de un momento a otro.
Le dije: ‘¿Sabes qué?
No hay problema.
Échale ganas y Dios te bendiga’”, aseguró Rivera.
Esta narrativa le permite controlar el relato y generar empatía.
Además, abordó el tema del polémico tatuaje con el rostro de Belinda, explicando que decidió cubrirlo después de que su hijo, quien se había encariñado con la cantante, lo rayara con enojo al enterarse de la separación. Rivera insiste en que su versión es la verdad y que no necesita pruebas, afirmando que tanto la familia como el equipo de Belinda estaban al tanto de su relación, un punto que la cantante nunca ha confirmado públicamente.
En resumenLupillo Rivera está utilizando la promoción de su libro para controlar la narrativa de su pasado con Belinda, presentándose como un hombre enamorado que fue víctima de una infidelidad. Al revelar detalles íntimos sobre sus planes de familia y el dolor de la ruptura, busca generar empatía y cerrar un capítulo bajo sus propios términos, reavivando una controversia que Belinda ha preferido mantener en silencio.