Con un tono serio, el cantante expresó: “Mi esposa es parte del show cuando siento que el público es de confianza, y yo creo que muchos están aquí para disfrutar la música, así que vamos a dar por ahí”. Esta declaración, interpretada como una reprimenda al público, evidencia la difícil posición en la que se encuentra, tratando de proteger su vida personal mientras cumple con sus compromisos profesionales. Ángela Aguilar, quien se encontraba tras bambalinas durante el incidente, ha optado por no emitir declaraciones, dejando que su esposo maneje la narrativa pública. La situación se agrava con la circulación de rumores, como el difundido por el periodista Javier Ceriani, quien aseguró que Ángela habría recurrido a una “chamana” para realizar un “trabajo” en contra de Cazzu, lo que alimenta aún más la percepción negativa y la animosidad del público. La constante defensa de Nodal y el silencio de Aguilar delinean una estrategia de relaciones públicas reactiva, que hasta ahora no ha logrado sofocar la controversia.