De hecho contemplé el suicidio", manifestó.

La artista explicó la profundidad de su desesperación, equiparando la posibilidad de perder a su hijo con la muerte misma: "Alguien intentando quitarme a mi hijo era como si me mataran, eso era lo que yo estaba pensando". La situación se vio agravada por el hecho de que se encontraba en medio de su exigente gira 'Rebel Heart', lo que la obligaba a subir al escenario cada noche mientras lidiaba con una angustia personal extrema. "Me quedaba tirada en el suelo de mi camerino, sollozando. De verdad pensé que era el fin del mundo.

No podía soportarlo", recordó.

Madonna atribuyó su capacidad para superar esta crisis a su espiritualidad y al estudio de la Cábala, que le permitió reinterpretar su sufrimiento como una lección kármica en lugar de un castigo. Hoy, afirma mantener una relación sólida y de amistad con su hijo Rocco, ahora de 25 años, demostrando una notable resiliencia.