El momento inicial, cargado de emotividad, ocurrió justo después de ser declarado ganador. Conmovido hasta las lágrimas, De Nigris expresó ante la conductora Galilea Montijo su deseo de dividir el premio: “Me gustaría compartir parte del premio con Abelito, porque me la pasé muy bien en el tiempo aquí con él y me ayudó mucho a pasarla bien y todo”. Este gesto fue ampliamente celebrado como una muestra de nobleza y lealtad, consolidando su imagen de “niño bien”.

Sin embargo, la narrativa cambió cuando, en declaraciones posteriores, el influencer detalló otros planes para el dinero.

Al ser cuestionado sobre el destino de los 4 millones de pesos, mencionó: “Voy a tratar de comprarle una casa a mi mamá, ir de viaje más y a ver ahí a dónde me voy con el Rambo, que es mi perro”, sin hacer referencia a Abelito.

Esta aparente contradicción provocó una reacción negativa en redes sociales, donde usuarios lo acusaron de olvidar su promesa.

Comentarios como “¿No que le iba a dar la mitad al abelito? Jjaja le ganaron las emociones adentro” y “Ya se le olvidó” se multiplicaron, evidenciando la decepción de una parte de la audiencia. La controversia resalta la presión a la que están sometidas las figuras públicas, donde una promesa hecha en un momento de euforia es examinada minuciosamente y puede convertirse en un problema de relaciones públicas si no se maneja con coherencia.

Los artículos también analizan el aspecto financiero, recordando que el premio bruto está sujeto a una retención fiscal de aproximadamente el 35%, lo que reduce el monto neto a 2.6 millones de pesos y complica cualquier división.