El incidente, ocurrido el 29 de octubre, escaló cuando Hernández fue detenida bajo cargos de robo con violencia y agresión menor. Según el informe policial, el conflicto se originó por un teléfono celular. “La víctima dio una declaración jurada en la que afirma que la acusada le tomó por la fuerza su celular de la mano y le dio con el celular”, detalla el reporte. El forcejeo provocó que ambas cayeran al suelo y que Emily Estefan sufriera “heridas menores en forma de una contusión en el ojo izquierdo y arañazos en el lado derecho del cuello”. Tras recuperar su teléfono, Estefan llamó al 911, lo que condujo a la detención de Hernández. Sin embargo, la respuesta pública de Estefan fue de total apoyo a su pareja. Durante la audiencia judicial, realizada virtualmente, la hija de Gloria Estefan rogó por la liberación de Hernández. “No quería que fuera a la cárcel, le rogué al detective y a los oficiales que no se la llevaran”, expresó. Ante la jueza Mindy Glazer, insistió en su postura: “Yo no tengo miedo, no quiero ninguna orden en su contra y pido que sea liberada para que vuelva a casa”. Esta intervención fue clave para que la jueza redujera la fianza de 3,000 dólares, eliminara la orden de alejamiento y permitiera que Hernández quedara en libertad, donde Estefan ya la esperaba fuera de la corte. La estrategia de Estefan de intervenir directamente en el proceso legal para exculpar públicamente a su pareja muestra una dinámica compleja en la relación, transformando un caso de violencia doméstica en una muestra de apoyo incondicional.