Un profundo conflicto familiar ha estallado públicamente entre Emiliano Aguilar y su padre, el reconocido cantante Pepe Aguilar. Emiliano ha acusado directamente a su padre de sabotear su carrera y de ser responsable de la “humillación” que sufrió en los Premios Billboard, mientras que Pepe ha respondido de manera indirecta y críptica. La controversia se desató cuando Emiliano publicó videos en redes sociales denunciando que, a pesar de haber sido invitado a los Premios Billboard, fue maltratado y no se le asignó un asiento. Días después, escaló sus acusaciones, afirmando tener pruebas de que su padre orquestó el incidente: “La persona que me hizo pasar ese desagradable momento en los Billboard fuiste tú, papá. Fue tu culpa que todos me trataran así”.
Emiliano también ha intentado acercarse a su padre en tres ocasiones sin éxito, sintiendo un profundo rechazo.
Su frustración culminó con una publicación en la que se refiere a la familia como “familia de perros”, consolidando la ruptura. Por su parte, la respuesta de Pepe Aguilar ha sido una estrategia de comunicación indirecta. Justo una semana después del incidente y cuatro días después de la acusación directa de su hijo, publicó un video creado con inteligencia artificial de un diablo reflexionando sobre si es culpable de todo, acompañado del mensaje: “¿El Diablito sí será el culpable de todo?
¿O solo es porque sabe más por viejo que por diablo?”. Concluyó con la frase “Aquí Sigo”, que fue interpretada por sus seguidores como una respuesta velada no solo a Emiliano, sino a otras acusaciones que ha enfrentado.
Esta estrategia le permite a Pepe abordar la controversia sin nombrar directamente a su hijo, manteniendo una postura de superioridad y experiencia frente a la impulsividad juvenil.
En resumenEmiliano Aguilar ha acusado públicamente a su padre, Pepe Aguilar, de sabotear su carrera y humillarlo en los Premios Billboard, evidenciando una profunda fractura familiar. La respuesta de Pepe ha sido indirecta, utilizando una publicación en redes sociales para sugerir que no es culpable de los problemas de su hijo, manejando la crisis con distancia.