El contexto actual, sin embargo, es muy diferente.

En 2007, un largometraje de Los Simpson era un evento cultural global, mientras que hoy la serie, aunque renovada hasta su temporada 40, compite en un ecosistema mediático saturado por el streaming. El desafío para los creadores, que incluyen al productor James L. Brooks y al creador Matt Groening, será crear una historia que se sienta relevante y necesaria, no solo un ejercicio de nostalgia. Algunos análisis sugieren que la película deberá decidir si adopta el tono más surrealista y autoconsciente de las temporadas recientes, que han mostrado una recuperación en calidad narrativa, o si opta por una fórmula más tradicional similar a un episodio extendido. La decisión de Disney de cederle un espacio de verano, usualmente destinado a superproducciones, indica una gran confianza en el poder de convocatoria de la familia de Springfield, pero también una enorme presión para entregar un producto que justifique la espera de 20 años y conecte tanto con los fanáticos de siempre como con las nuevas generaciones que descubrieron la serie en plataformas como Disney+.