Aunque la idea quedó latente durante años por falta de producción, finalmente se materializó gracias al apoyo de un inversionista. El filme, grabado por su hermana, permaneció guardado durante casi 16 años.
Para Binoche, el proceso de dirección fue una exploración solitaria y una búsqueda de libertad creativa.
“Quería mostrar el interior, pero mientras editaba la película descubrí que, cuanto más me adentraba en ella, más sola estaba”, explicó.
La actriz enfatizó que su objetivo como artista es “explorar la vida y compartir lo que hay dentro de mí”, sin importar si es como actriz, directora o pintora.
Durante la ceremonia de premiación, Binoche conmovió al público al arrodillarse y hacer una reverencia, afirmando con humildad: “Nosotros, los actores, aunque estemos con vestidos hermosos... estamos al servicio”. Este gesto fue recibido con una ovación de pie, sellando uno de los momentos más emotivos del festival.












