Martínez Bucio destacó la importancia de presentar su trabajo en Morelia, considerándolo un “volver a casa”. El elenco infantil, en su mayoría sin experiencia actoral previa, fue seleccionado tras un extenso casting y recibió entrenamiento para construir los vínculos fraternales que la historia requería.

El director elogió la capacidad del reparto para acceder a “lugares emocionales muy profundos”.

La película no busca ser una réplica exacta de la época, sino apelar a la memoria colectiva, utilizando anacronismos intencionales para crear un universo que funciona como un recuerdo de esa década.