La producción destaca por su manufactura artesanal, con un diseño de producción de Tamara Deverell, vestuarios de Kate Hawley y un meticuloso trabajo de maquillaje de Mike Hill, que requería hasta diez horas para transformar a Elordi. La crítica ha recibido la película con ovaciones en festivales como Venecia y Morelia, destacando la fragilidad conmovedora en la interpretación de Elordi y la complejidad de Isaac. Para celebrar su llegada a México, se anunció un evento especial en la Ciudad de México el 3 de noviembre con la presencia de Del Toro y los protagonistas. Esta versión no busca simplemente asustar, sino conmover y reflexionar sobre la naturaleza de la humanidad, consolidándose como un drama existencial que, según Del Toro, es “una ópera, hecha por humanos y para humanos”.