Kusama adelantó que la nueva historia será “divertida y alocada, como la primera película”.

Aunque no se ha confirmado el regreso del elenco original, la expectativa es alta. El final de la primera cinta dejó una puerta abierta para la continuación, con el personaje de Needy (Amanda Seyfried) escapando de una institución mental con poderes sobrenaturales, lo que la posiciona como una posible antiheroína para la secuela. La película original fue malinterpretada en su momento, pero con el tiempo fue revalorizada por su enfoque del “female gaze” (mirada femenina) sobre el deseo y la violencia. La secuela representa una oportunidad para consolidar el legado de la cinta como una pieza clave del terror feminista moderno.