Producido ejecutivamente por sus hermanos, Suzette y A.B.

Quintanilla III, y dirigido por Isabel Castro, el documental se construye a partir de un vasto archivo privado de Q-Productions, que incluye videos caseros, grabaciones de giras y fotografías inéditas. Suzette Quintanilla, quien fue baterista de la banda, declaró a Associated Press: “¿Quién mejor para contar nuestra historia que nosotros?”. Una de las participaciones más significativas es la de Marcella Quintanilla, madre de la cantante, quien no había concedido una entrevista sobre su hija en casi treinta años y comparte álbumes y recuerdos personales. El proyecto se enfoca en la vida y el legado de la artista, abordando su identidad bicultural, su relación con el español y los desafíos que enfrentó en una industria dominada por hombres. Notablemente, el documental evita deliberadamente retomar el asesinato de Selena y los detalles judiciales, centrándose en cambio en “la alegría y el poder de una latina”, según la directora. Este enfoque busca alejar la narrativa de la victimización y celebrar la vida, el crecimiento y la creación de la icónica banda.