Entre las propuestas destacan el “Crudo de salmão com trufa”, las “Ostras da Ria Formosa com yuzu e mel” y los “Sliders de wagyu com aioli de trufa”. Una creación exclusiva para la sede lisboeta es el “Bacalhau negro com yuzu e gengibre”. La robata, la tradicional parrilla japonesa, es protagonista con platos como las “Costeletas de borrego com chili e alho” y el “Entrecôte de wagyu japonês A5”. La oferta se complementa con una cuidada selección de sushi, sashimi y opciones vegetarianas como el “Maki de couve-flor”.

El ambiente del restaurante es sofisticado e íntimo, con tonos oscuros y una cocina abierta que permite observar el trabajo del equipo.

Por ahora, ATTIKO funciona solo para cenas, pero ya se planea la introducción de un servicio de almuerzo. Según Vasco Alves, director general del lugar, la propuesta busca añadir “uma nova dimensão” a la oferta cosmopolita de la capital, uniendo gastronomía, mixología y vida nocturna en un solo lugar.