En este contexto, el festival actúa como un agente cultural que promueve el valor de lo hecho en México. “La primera labor que debemos hacer como agentes culturales es precisamente la conciencia de que lo que tenemos en casa muchas veces no tiene nada que pedirle a cosas que pudiéramos encontrar en otros lugares”, expresó Olmos. La participación de la Orquesta Sinfónica de Michoacán (Osidem) en la clausura del festival, anunciada como parte de su temporada de otoño, refuerza la sinergia entre las instituciones culturales del estado para apoyar este tipo de iniciativas. Además, los artistas internacionales invitados al FIGM se convierten en “mensajeros” que difunden la calidad de la laudería michoacana en escenarios de todo el mundo, contribuyendo a su internacionalización y prestigio.