La oferta cultural se dividió en dos vertientes principales para atraer a distintos públicos. Por un lado, se programaron eventos de corte clásico y folclórico en recintos como el Auditorio de la Reforma y la Casa de la Cultura. La Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla (OSEP) presentó la “Noche de Boleros”, interpretando piezas de compositores como Armando Manzanero, Consuelo Velázquez y Agustín Lara, junto a obras sinfónicas como el “Huapango” de Moncayo. A su vez, la Banda Sinfónica del CECAMBA ofreció el concierto “Fiesta Mexicana”. Por otro lado, la celebración popular tuvo su clímax la noche del 15 de septiembre, cuando, tras la ceremonia del Grito de Independencia, el cantante de regional mexicano Julión Álvarez ofreció un concierto gratuito en el Paseo Bravo ante más de 40,000 asistentes.

Este evento masivo, que se extendió por casi tres horas, mantuvo al público cantando y bailando en un ambiente festivo y seguro, gracias a un fuerte operativo coordinado entre autoridades estatales y municipales.

Esta estrategia dual demostró ser exitosa al combinar la promoción de la alta cultura con el entretenimiento popular a gran escala.