Por un lado, figuras como Jay-Z, productor del show a través de Roc Nation, destacaron que lo que Bad Bunny “ha hecho y continúa haciendo por Puerto Rico es realmente inspirador”.

El propio artista expresó su emoción, declarando que su participación es por su “gente, mi cultura y nuestra historia”.

Esta designación subraya el poder económico y cultural de la audiencia latina en Estados Unidos, un mercado de más de 3.4 billones de dólares. Sin embargo, la noticia también desató críticas en redes sociales, donde algunos sectores del público estadounidense cuestionaron la elección de un artista que canta mayoritariamente en español y recordaron sus posturas políticas críticas hacia las políticas migratorias de Estados Unidos.

Se ha señalado una aparente incongruencia, ya que el cantante había declarado previamente que no realizaría giras en EE.

UU. durante la administración de Donald Trump. A pesar de la polémica, su selección es vista como una apuesta estratégica de la NFL para atraer a audiencias más jóvenes y diversas, esperando romper récords de audiencia, tal como lo hizo Kendrick Lamar en 2025.