Este concierto demostró la capacidad del festival para atraer a un público diverso, integrando géneros modernos en una celebración tradicional.

Además de su faceta de entretenimiento, el festival tuvo un componente social, funcionando como “conciertos con causa” donde la ciudadanía donó víveres para apoyar a familias damnificadas por desastres naturales. El éxito de convocatoria de estos eventos, impulsados por el gobierno municipal, posiciona a la Feria del Alfeñique como uno de los festivales más importantes del país, reforzando a Toluca como un epicentro de cultura, tradición y solidaridad.