Linkin Park, como acto principal, demostró la fuerza de su nueva era con la vocalista Emily Armstrong, quien fue bien recibida por el público. Mike Shinoda, fundador de la banda, celebró la lealtad del público mexicano: “Estamos muy agradecidos por todo el apoyo que nos han dado con nuestra música y esta nueva etapa.

¡Viva México, cabrones!”.

La banda desplegó un repertorio que equilibró nuevos temas como “Up From The Bottom” con clásicos como “Crawling” y “Points of Authority”, enmarcados en una producción visual de gran escala. Previamente, Deftones ofreció una de las actuaciones más intensas de la noche. La atmósfera, descrita como “sofocante” y “aplastante” por la marea de gente, explotó cuando la banda subió al escenario.

Chino Moreno, con su característica energía, conectó inmediatamente con los miles de fanáticos que coreaban su nombre.

“¿Qué pasa México?”, respondió el vocalista antes de desatar un setlist que incluyó himnos como “My Own Summer”, creando un diálogo de libertad y catarsis colectiva. Weezer, por su parte, aportó el toque de rock alternativo más melódico, con Rivers Cuomo interactuando en español y declarando su amor por el país: “¡Qué linda ciudad, mi sueño es México!”.

Clásicos como “Island in the Sun” y “Buddy Holly” fueron coreados masivamente, uniendo a los asistentes en un sentimiento de escape y celebración que definió el espíritu de la última noche del festival.