Estos hallazgos, ocurridos tras riñas y detonaciones entre internos, han provocado cambios en la dirección del penal y evidencian la persistente vulnerabilidad del sistema penitenciario en Sinaloa.

En un operativo de rutina realizado por la Policía Estatal con apoyo de la Guardia Nacional y el Ejército, se descubrieron cinco armas de fuego cortas de calibres .40, 9 mm y 5.7x28 mm, todas con cargadores abastecidos. Además, se incautaron diez teléfonos celulares y cien gramos de marihuana.

Esta intervención se produjo apenas doce días después de un enfrentamiento entre reos que incluyó detonaciones. Dicho evento motivó una revisión similar el pasado 27 de agosto, en la que se aseguraron siete pistolas, cargadores, cartuchos útiles y más de 110 dosis de cocaína. La Secretaría de Seguridad Pública del Estado informó que todos los objetos decomisados fueron turnados a las autoridades judiciales para investigar su origen y fincar responsabilidades a los funcionarios que pudieran estar involucrados en su ingreso. La persistencia de estos problemas de seguridad y autogobierno ha llevado a las autoridades a realizar cambios en las cúpulas directivas del sistema penitenciario estatal, incluyendo la sustitución del director del penal de Aguaruto, así como los de Mazatlán y Goros 2.