Un trabajador administrativo que intentó intervenir también resultó herido. Tras el ataque, Ashton intentó huir saltando desde un edificio, lo que le provocó fracturas en ambas piernas antes de ser detenido. La investigación de la Fiscalía capitalina por homicidio calificado reveló que el agresor tenía vínculos con comunidades virtuales de “células involuntarias” (incels), donde compartía mensajes de odio y misóginos. Tras el suceso, han surgido en redes sociales grupos de “fans” que glorifican sus acciones y llaman a organizar más ataques.

Como respuesta, al menos 12 planteles de la UNAM, incluyendo facultades y preparatorias, entraron en paro de actividades exigiendo mayor seguridad.

El rector Leonardo Lomelí Vanegas rechazó que la universidad esté “rebasada”, pero anunció un plan integral que incluye credencialización electrónica, arcos detectores de metales, más botones de auxilio y cámaras con reconocimiento facial. Asimismo, aseguró que se redoblarán los esfuerzos para brindar apoyo psicoemocional a los estudiantes, reconociendo el impacto de la pandemia y las redes sociales en la salud mental juvenil.