La violencia contra las fuerzas de seguridad se recrudeció en Culiacán, Sinaloa, con una serie de enfrentamientos que resultaron en la muerte de al menos un policía estatal y dejaron a varios agentes y civiles heridos. Estos ataques directos evidencian la intensa disputa territorial y el poder de fuego de los grupos criminales que operan en la capital sinaloense. Durante el fin de semana se registraron al menos dos ataques significativos en menos de 24 horas en la zona norte de la ciudad. Uno de los enfrentamientos ocurrió en el fraccionamiento La Conquista, cuando agentes de la Policía Estatal Preventiva realizaban patrullajes y fueron agredidos con armas de fuego desde un domicilio. Los oficiales repelieron la agresión, desatando un tiroteo que movilizó al Grupo Interinstitucional.
Como resultado, un policía estatal, identificado como Jesús Wenceslao Ávila Juárez, de 34 años, resultó herido y falleció mientras recibía atención médica.
En el lugar fue detenido uno de los agresores, quien también estaba herido, y se aseguró una casa de seguridad, armamento y tres vehículos.
Otro ataque se reportó en la comunidad de Bacurimí, donde dos policías y dos civiles resultaron lesionados tras ser agredidos por un grupo armado. Estos eventos se enmarcan en la crisis de seguridad que vive Sinaloa desde septiembre de 2024, que según cifras oficiales ha acumulado más de 2,000 homicidios y 2,000 privaciones de la libertad.
En resumenLas recientes emboscadas mortales contra la policía en Culiacán subrayan la grave crisis de seguridad que azota a Sinaloa. La naturaleza coordinada de los ataques y la incautación de una casa de seguridad y arsenal apuntan a un desafío directo del crimen organizado contra la autoridad estatal, resultando en bajas para las fuerzas del orden y evidenciando la continua inestabilidad en la región.