Lex Ashton 'N', el joven de 19 años acusado de asesinar a un estudiante y herir a un trabajador en el CCH Sur el pasado 22 de septiembre, fue vinculado a proceso por los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio. Un juez de control dictó prisión preventiva oficiosa, por lo que el imputado permanecerá en el Reclusorio Oriente mientras se desarrolla la investigación complementaria, para la cual se fijó un plazo de tres meses. Durante la audiencia, la defensa de Lex Ashton intentó argumentar que el joven actuó bajo un “brote psicótico”, presentando peritos en psiquiatría, psicología y neurocirugía.
Sin embargo, el juez desestimó estas pruebas y consideró que existían elementos suficientes para iniciar el proceso penal.
El abogado defensor, David Retes, acusó al juez de ser “omiso” al no permitir el desahogo de dichos medios de prueba, y señaló que su cliente ha sido valorado por la Facultad de Psicología de la UNAM desde 2021 por un padecimiento psicótico. La defensa anunció que promoverá un amparo contra la resolución, argumentando que Lex Ashton “representa un peligro tanto para sí mismo como para otras personas dentro del penal” y que no está recibiendo el tratamiento adecuado. Tras el ataque en el CCH Sur, donde utilizó un arma blanca, Lex Ashton intentó suicidarse lanzándose desde un edificio, lo que le ocasionó lesiones graves.
Fue detenido formalmente el 10 de octubre tras ser dado de alta del hospital.
Las investigaciones sugieren que el joven podría estar vinculado a grupos “incel”, comunidades en línea que promueven discursos de odio y misoginia.
En resumenLa vinculación a proceso de Lex Ashton por el homicidio en el CCH Sur avanza el caso judicialmente, pero abre un debate sobre la salud mental en el sistema de justicia. Mientras la fiscalía sostiene los cargos de homicidio, la defensa insiste en un trastorno psicótico, un argumento que fue desestimado por el juez, dejando el futuro del joven en una encrucijada legal y médica.