Los civiles armados emboscaron a los soldados, iniciando un intenso intercambio de disparos.

Verona Hernández, vocera de la Secretaría de Seguridad Pública, confirmó que el reporte inicial al 911 alertó sobre el tiroteo. Horas más tarde, se registró un segundo enfrentamiento en la comunidad de Agua Blanca, en la misma sindicatura, donde otro elemento de la Guardia Nacional resultó herido mientras las fuerzas federales buscaban a los responsables del primer ataque. Tras los hechos, se desplegó un masivo operativo de seguridad en la región, con más de un centenar de efectivos del Ejército y el apoyo aéreo de helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana para “blindar” la zona. El alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, aseguró que la situación estaba controlada y que la violencia no ocurrió dentro del poblado, sino en una brecha de acceso, donde las fuerzas federales mantienen una base permanente debido a la presencia de grupos del crimen organizado.