Entre los fallecidos se identificó al profesor Luis Ever C. P., de 44 años, lo que generó una fuerte reacción del magisterio.

Docentes y ciudadanos se manifestaron frente a la Presidencia Municipal para exigir justicia y seguridad. El párroco Enrique Urzúa describió un ambiente de “miedo, coraje e impotencia” en la comunidad, mientras que la Diócesis de la Tarahumara hizo un “llamado urgente a las autoridades” para redoblar esfuerzos. Por su parte, el diputado Francisco Sánchez Villegas urgió al gobierno federal a declarar el estado de emergencia, calificando la situación como una “tragedia humanitaria y un colapso del Estado de derecho”. En respuesta, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado desplegó un operativo terrestre y aéreo, logrando asegurar una camioneta con blindaje artesanal y dos armas largas presuntamente relacionadas con los ataques.