La violencia ha forzado a habitantes de comunidades como Huixiopa y San José del Barranco a abandonar sus hogares, con estimaciones que hablan de al menos 450 personas desplazadas. Este uso de tecnología bélica por parte de los cárteles evidencia una sofisticación en sus tácticas de enfrentamiento y control territorial, generando una crisis humanitaria en la sierra de Sinaloa.