Estaba vinculado a proceso por los delitos de inhumación, exhumación y respeto a los cadáveres. Sin embargo, su familia contradice la versión oficial, asegurando que se enteraron de su muerte a través de las noticias y no por parte de las autoridades. Su nieta declaró que nunca les permitieron verlo durante su reclusión y que no tenían conocimiento de que padeciera una enfermedad pulmonar, aunque sí fumaba.

La familia descartó emprender acciones legales, expresando resignación. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ha solicitado información a la fiscalía sobre las circunstancias de la muerte para determinar si procede una queja formal. Con el fallecimiento de Facundo Teófilo, el proceso legal se centra ahora únicamente en el propietario del crematorio, José Luis A.C., dejando muchas preguntas sin respuesta sobre la operación del negocio y las responsabilidades compartidas.