Una emboscada perpetrada por un comando armado en San Salvador Huixcolotla, Puebla, que resultó en el asesinato de tres policías municipales, incluida la comandante Yusami Monterrosas Apolinar, provocó la renuncia masiva del resto de la corporación por temor a represalias. El ataque, adjudicado al grupo criminal “La Barredora”, obligó al gobierno estatal a asumir el control de la seguridad en el municipio, evidenciando la extrema vulnerabilidad de las fuerzas locales en la región del “Triángulo Rojo”. El ataque ocurrió la noche del 2 de noviembre en la carretera federal Puebla-Tehuacán. Los oficiales Roberto Pérez Trinidad y Arturo Jiménez Ortigoza murieron en el lugar tras recibir al menos 80 impactos de bala, mientras que la comandante Monterrosas, de 25 años, falleció en un hospital. Los agresores dejaron una manta con amenazas y, posteriormente, circuló en redes un video presuntamente grabado por ellos mismos adjudicándose el crimen con la frase: “Ya les cayó La Barredora”.
Tras el suceso, al menos 18 de los 20 policías que conformaban la corporación municipal presentaron su renuncia. Ante el colapso de la seguridad local, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Puebla, con apoyo del Ejército Mexicano, desplegó 15 elementos estatales para patrullar la zona.
El alcalde, Manuel Alejandro Porras Florentino, quien negó haber recibido amenazas previas, solicitó protección personal tras los hechos, al igual que el edil de Eloxochitlán, Delfino Hernández. El titular de la SSP, Francisco Sánchez González, informó que los expolicías que renunciaron están bajo investigación para deslindar responsabilidades, mientras el estado se encargará de la seguridad hasta que se pueda conformar un nuevo cuerpo policial acreditado.