Un brutal feminicidio en la colonia Cumbres Mediterráneo de Monterrey, Nuevo León, culminó con el aparente suicidio del agresor horas después. Yaneli Pardo, de 38 años, fue asesinada de un disparo en la cabeza por su socio, Alejandro Garza Treviño, de 40 años, quien posteriormente fue encontrado sin vida en un hotel del centro de la ciudad. Los hechos iniciaron la mañana del 3 de noviembre, cuando se reportó una camioneta volcada en un arroyo. Al llegar, las autoridades descubrieron que la conductora, Yaneli Pardo, no había muerto por el accidente, sino por una herida de bala en la cabeza.
Poco después, circuló un video de seguridad que captó una violenta discusión entre Pardo y Garza Treviño momentos antes del crimen.
En las imágenes, se escuchan detonaciones y se ve al hombre agrediendo a la víctima antes de que ambos suban al vehículo. La Fiscalía Especializada en Feminicidios confirmó que existía una “relación de confianza” y un “vínculo comercial y económico” entre ambos, lo que configura el delito como feminicidio. Tras el asesinato, Garza Treviño huyó en un taxi a un hotel, donde ingresó solo.
Horas más tarde, fue hallado sin vida en la habitación con heridas punzocortantes, presuntamente autoinfligidas.
Las investigaciones revelaron que el agresor tenía antecedentes penales; en 2011, fue detenido por fingir su propio secuestro para saldar una deuda de juego de 150 mil pesos. La fiscal Griselda Núñez confirmó que no existían denuncias previas de violencia por parte de la víctima contra el agresor.
En resumenEl caso de Yaneli Pardo es un claro ejemplo de feminicidio seguido de suicidio, donde una disputa económica entre socios escaló a una violencia mortal. La evidencia en video y los antecedentes del agresor permitieron a las autoridades reconstruir el crimen, que inicialmente fue reportado como un accidente de tránsito, y confirmar la naturaleza del delito.