Además, se reportaron 40 detenciones: 20 personas fueron presentadas ante el Ministerio Público por delitos como lesiones y robo, y 20 más por faltas administrativas. Durante los disturbios, varios periodistas que cubrían el evento fueron agredidos por policías, incluyendo un fotorreportero de La Jornada, a quien golpearon y despojaron de su equipo, y reporteros de TV Azteca, quienes fueron alcanzados por gases y piedras. Incidentes similares de violencia contra la prensa ocurrieron en Morelia. El gobierno de la CDMX y la Secretaría de Gobernación condenaron la violencia, atribuyéndola a "grupos organizados" y a la oposición, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que "nunca debe utilizarse la violencia para lograr cambios".

Tras los hechos, se convocó a una nueva marcha para el 20 de noviembre.