La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) vinculó a proceso a María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N” por el delito de desaparición, y cumplimentó una orden de aprehensión contra ellos y una tercera implicada, Fátima Isabel “N”, por homicidio calificado en agravio del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis. La investigación reveló que el crimen fue resultado de un plan para drogar y robar al clérigo, conocido como método de “goteras”, que escaló a un asesinato. Según la FGJEM, el 29 de octubre, el sacerdote, quien mantenía una “relación de confianza” con Fátima “N”, fue llevado a un departamento en Tultitlán donde se encontraba Brandon Jonathan “N”. Allí, Fátima presuntamente le administró gotas de clonazepam en su bebida con la intención de robarle.
Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando el sacerdote despertó.
Brandon Jonathan “N” lo habría golpeado repetidamente con un bate metálico, un martillo y un machete sin filo, causándole la muerte por traumatismo craneoencefálico. Posteriormente, con la ayuda de María Fernanda “N”, pareja de Brandon, el cuerpo fue envuelto, amarrado a un sillón y arrojado a un canal de aguas negras en el municipio de Nextlalpan, donde fue encontrado el 11 de noviembre. La camioneta de la víctima fue vendida por 37 mil pesos en Actopan, Hidalgo.
Un juez dictó prisión preventiva justificada para María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N” por el delito de desaparición, mientras que los tres enfrentarán el proceso por homicidio calificado. La pena por ambos delitos podría alcanzar hasta 120 años de prisión.
En resumenEl homicidio del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández destapó una red criminal que utilizaba el método de 'goteras' para robar a sus víctimas. La detención de tres implicados y los detalles de la investigación exponen la brutalidad del crimen, que pasó de un intento de robo a un asesinato planificado, culminando en procesos judiciales por desaparición y homicidio calificado.