La evidencia digital, recuperada de los teléfonos de dos cómplices —Fernando Josué “N” y Ramiro “N”—, fue clave para desentrañar la trama.

Ambos fueron hallados sin vida días después del atentado, en un aparente esfuerzo del grupo criminal por eliminar testigos y obstruir la justicia. El autor material del ataque fue un joven de 17 años, Víctor Manuel “N”, quien fue abatido en la escena por la seguridad del alcalde. La investigación también descubrió que hubo un intento fallido de asesinato contra Manzo días antes, el 30 de octubre. El arma utilizada en el crimen fue vinculada balísticamente a otros dos homicidios ocurridos en octubre, lo que demuestra la actividad continua de esta célula delictiva.