Un recuento de las declaraciones de tres testigos protegidos clave contra el Cártel de Sinaloa expone las fallas del sistema de justicia y el alto riesgo que enfrentan los colaboradores. La misteriosa desaparición de dos de ellos comprometió el juicio contra Héctor "El Güero" Palma, mientras que la reaparición de un tercero subraya la persistente amenaza que enfrentan. Las declaraciones de Marcelo Peña García (alias “Julio”), José Javier Burgueño (“César”) y Jesús Castro Pantoja (“El Chabelo”) se convirtieron en 2001 en el primer gran pilar judicial contra la estructura del Cártel de Sinaloa, cofundado por Joaquín “El Chapo” Guzmán. Sus testimonios revelaron detalles sobre la construcción del primer narcotúnel, las operaciones de tráfico de drogas a Estados Unidos, las conexiones con cárteles colombianos y la presunta corrupción de altos mandos, como el general Jesús Gutiérrez Rebollo, a quien supuestamente se le ofrecieron cien millones de dólares.
Sin embargo, después de convertirse en testigos protegidos, “Julio” y “César” desaparecieron sin dejar rastro.
Su ausencia fue determinante en mayo de 2021, cuando un juez absolvió a Héctor “El Güero” Palma del cargo de delincuencia organizada, argumentando que la Fiscalía no pudo presentar a los testigos para sustentar la acusación.
La FGR admitió haber perdido contacto con “Julio” desde 2003 y con “César” desde 2006.
Sorprendentemente, en 2023, Marcelo Peña García (“Julio”) reapareció en un juzgado de Jalisco para testificar en otro proceso contra Palma.
Durante la audiencia, confrontó al capo diciéndole “¡Ten un poquito de pantalones!”, pero luego admitió que “25 años después aún teme por su vida”, evidenciando el fracaso del programa de protección y la impunidad que persiste.