Así lo afirmó Jonathan Heath, subgobernador de Banxico, quien señaló que existen importantes obstáculos estructurales y culturales que frenan su implementación a corto plazo.

Durante su participación en la conferencia anual de la calificadora Moody's, Heath explicó que el principal desafío es el uso generalizado y creciente del efectivo en la economía mexicana. A lo largo de la última década, la demanda de billetes y monedas ha aumentado a un ritmo mensual promedio de entre 8 y 12 por ciento, lo que demuestra una fuerte preferencia cultural por el dinero físico. Factores como la falta de inclusión financiera, los altos niveles de pobreza y una economía con un gran componente de informalidad complican la transición hacia un sistema de pagos completamente digital. Según el subgobernador, mientras estas condiciones persistan, la población seguirá priorizando el uso de efectivo.

Además de los factores internos, Heath indicó que Banxico está a la espera de que se defina una “arquitectura internacional” para las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés). Esta estructura, que sería diseñada por el Banco de Pagos Internacionales (BIS), busca garantizar la interoperabilidad y compatibilidad en los pagos transfronterizos, un aspecto crucial para la integración financiera global. Respecto a los criptoactivos privados como Bitcoin, el subgobernador aclaró que no es un mercado que se vaya a regular desde el banco central, sino que se dejará en manos del sector privado, manteniendo la distinción entre una moneda digital soberana y las criptomonedas descentralizadas.