La trayectoria del precio durante los primeros días del mes fue marcadamente positiva.

El 30 de septiembre, la criptomoneda se cotizaba en aproximadamente 113,292 dólares, registrando una ligera baja. Sin embargo, para el 1 de octubre, su valor repuntó significativamente, ubicándose en torno a los 117,500 dólares, con un aumento diario cercano al 3%. La tendencia ascendente continuó el 2 de octubre, cuando el precio alcanzó los 120,886 dólares, consolidando un aumento del 1.91% en esa jornada. Varios informes atribuyen este impulso al “apetito de los inversionistas” y a la percepción de Bitcoin como un “refugio digital”. Este sentimiento se vio reforzado por el contexto macroeconómico, particularmente el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, que generó incertidumbre en los mercados financieros y llevó a los inversionistas a buscar activos alternativos. El avance de Bitcoin, reportado consistentemente como una ganancia de entre 2.3% y 2.9% en diversas notas sobre los mercados financieros, demuestra cómo la criptomoneda está captando la atención en momentos de tensión. Su capacidad para rebotar y alcanzar nuevos niveles en un corto período subraya su naturaleza volátil, pero también su creciente rol como un activo sensible a los eventos económicos globales, atrayendo tanto a especuladores como a quienes buscan una cobertura frente a la inestabilidad de los mercados tradicionales.