En un año de incertidumbre económica, el debate sobre los activos de refugio se intensifica, con el oro mostrando un rendimiento superior al de Bitcoin en 2025. Mientras el metal precioso alcanza máximos históricos, la criptomoneda, a menudo llamada 'oro digital', sigue una trayectoria más ligada a los activos tecnológicos de riesgo. El oro ha demostrado ser el claro ganador en lo que va del año, con un aumento del 45% desde enero, impulsado por la demanda de bancos centrales y fondos de pensiones que buscan seguridad ante la inflación, los déficits y el caos global. En contraste, Bitcoin ha registrado un aumento de solo el 20%.
Esta divergencia se explica en gran medida por cómo los mercados perciben y negocian cada activo.
El oro es visto como un ancla probada contra el caos, con una historia de 5,000 años como depósito de valor. Por otro lado, Bitcoin, a pesar de compartir propiedades como la escasez, se comporta más como un activo tecnológico.
Su correlación con el índice Nasdaq 100, centrado en la tecnología, es de 0.32, mientras que su vínculo con el oro es de apenas 0.09. Esto indica que Bitcoin tiende a moverse al ritmo de Silicon Valley, subiendo con las acciones de crecimiento y cayendo cuando el apetito por el riesgo disminuye. A pesar de su menor rendimiento este año, Bitcoin sigue siendo considerado un método de ahorro viable por sus propiedades únicas: escasez programada, durabilidad digital, divisibilidad y portabilidad.
Sin embargo, su alta volatilidad y su corta historia lo convierten en una apuesta de mayor riesgo en comparación con la estabilidad del oro. Un análisis sugiere que los meses de octubre y noviembre han sido históricamente fuertes para Bitcoin, por lo que la brecha de rendimiento con el oro podría reducirse antes de fin de año.
En resumenEn 2025, el oro ha superado a Bitcoin como activo de refugio, con un rendimiento del 45% frente al 20% de la criptomoneda. Este comportamiento se atribuye a la preferencia de inversionistas institucionales por la estabilidad histórica del oro en tiempos de incertidumbre. Bitcoin, por su parte, muestra una mayor correlación con los mercados tecnológicos, actuando más como un activo de riesgo, aunque su escasez programada y portabilidad lo mantienen como una alternativa de ahorro a largo plazo para muchos.