México se ha consolidado como el tercer mercado de criptomonedas más grande de América Latina, reflejando una creciente adopción de activos digitales en la región como refugio financiero y herramienta para remesas. Este posicionamiento subraya la relevancia del país en un ecosistema cripto regional que ha movido casi 1.5 billones de dólares en los últimos tres años. Según un informe de la firma Chainalysis, el dinamismo de América Latina en el mercado global de criptoactivos es innegable. Entre julio de 2022 y julio de 2025, la región registró un volumen de transacciones cercano a los 1.5 billones de dólares. En este contexto, México ocupa una posición destacada con un valor recibido de 71.2 mil millones de dólares, superando a economías como Venezuela (44.6 mil millones) y Colombia (44.2 mil millones). El liderazgo regional lo ostenta Brasil, con un impresionante volumen de 318.8 mil millones de dólares, seguido por Argentina con 93.9 mil millones.
El crecimiento en la adopción de estos activos digitales responde a múltiples factores. Por un lado, en países con alta inflación y volatilidad en sus monedas locales, las criptomonedas se han convertido en un importante refugio de valor para proteger el patrimonio. Por otro lado, su eficiencia para el envío de remesas, un sector de vital importancia para la economía mexicana y de otras naciones de la región, ha impulsado su uso práctico.
Las transacciones con criptoactivos son más rápidas y tienen un costo menor en comparación con los sistemas tradicionales. El informe también destaca un cambio estructural en el uso de estos activos, con un pico de transacciones mensuales que alcanzó los 87.7 mil millones de dólares en diciembre de 2024, una cifra que duplica los máximos previos y confirma que la región se está transformando en un corredor digital cada vez más estratégico en la economía mundial.
En resumenMéxico se afianza como un jugador clave en el creciente mercado de criptomonedas de América Latina, ocupando el tercer lugar en volumen de transacciones. Impulsado por su utilidad como refugio financiero y la eficiencia en remesas, el país forma parte de una transformación estructural en la región hacia la adopción de activos digitales.