El precio de Bitcoin ha alcanzado un nuevo máximo histórico, superando la barrera de los 125,000 dólares y consolidándose como un activo estratégico en los mercados globales. Este repunte se atribuye a la creciente incertidumbre económica, particularmente el cierre del gobierno en Estados Unidos, que ha llevado a los inversionistas a buscar activos de refugio. Diversos informes señalan que la principal criptomoneda superó su récord anterior de mediados de agosto, que se situaba en 124,480 dólares, para alcanzar nuevos picos que oscilan entre 125,081 y 126,100 dólares. Este movimiento fue impulsado por una combinación de factores, incluyendo la búsqueda de protección ante la volatilidad de las monedas fiduciarias y la falta de indicadores económicos claros debido a la parálisis administrativa en Washington.
Como señaló el analista Achilleas Georgolopoulos, “El escenario de incertidumbre generado por el cierre del gobierno estadounidense parece estar impulsando tanto al oro como a las criptomonedas”.
La fortaleza de Bitcoin también se vio respaldada por fuertes entradas de capital en los fondos cotizados (ETF) al contado en Estados Unidos. Según datos de CoinShares, los productos de inversión en criptomonedas atrajeron 5,950 millones de dólares en la última semana, de los cuales 3,550 millones se destinaron específicamente a Bitcoin. Este renovado interés ha elevado la capitalización total del mercado de criptoactivos a 4.3 billones de dólares. Con una valuación de 2.5 billones de dólares, Bitcoin se ha posicionado como el séptimo activo de inversión más grande del mundo, superando a gigantes corporativos como Amazon y Meta. En contraste con el oro, que también alcanzó máximos históricos, Bitcoin ha mostrado un rendimiento superior en 2025, con una ganancia acumulada de más del 33% en el año. Este desempeño, junto con la debilidad del dólar, consolida una narrativa de mercado más madura, donde cada vez más actores ven a Bitcoin como una reserva de valor en tiempos de inestabilidad.
En resumenEl ascenso de Bitcoin a un nuevo máximo histórico por encima de los 125,000 dólares es impulsado por la incertidumbre económica global, especialmente el cierre del gobierno de Estados Unidos, lo que ha incrementado su atractivo como activo de refugio. Las fuertes entradas en ETFs y la debilidad del dólar también han contribuido a su consolidación como un activo estratégico importante en los mercados globales.